Editorial
Una acción del Gobierno poco valorada.
Desde meses antes de las elecciones congresuales y municipales, realizadas el pasado 16 de mayo en la República, el gobierno nacional venía construyendo, asfaltando las calles, aceras y contenes de muchos municipios del país.
En la ciudad de Barahona, en el sur, por ejemplo, las autoridades (la Presidencia de la República) dispusieron y ejecutaron la pavimentación de las principales calles, a las cuales nunca las Sindicaturas de esas demarcaciones les había pasado siquiera un gredar, no obstante esas vías hallarse localizadas en importantes áreas residenciales de las ciudades favorecidas, y lo que es más importante, a pesar recibir mensual del Estado los recursos indispensables para la ejecución de ese tipo de necesidades municipales.
Con ese plan de asfaltado vial, el gobierno suplió en gran medida la irresponsabilidad de los síndicos municipales del país, llamados por mandato de la Ley a resolver todos esos y otros males y carencias de sus demarcaciones.
La población poco consciente, suele siempre creer que asfaltar las calles de las ciudades, así como mejorar el urbanismo, el aseo y limpieza de sus áreas viales, es una tarea del Presidente de la Republica. Y no es así en realidad.
Esa tarea, y otras muchas que algunos gobiernos desarrollistas, las asumen como suyas quizás como forma de estar en buenas con las poblaciones locales, es obligación –lo repetimos—de los cabildos locales.
Es para esos fines que en la Ley de Gastos Públicos el Ejecutivo y el Congreso Nacional les asigna una partida adecuada a cada cabildo del país, vía la Liga Municipal Dominicana. Incluso, muchas salas capitulares (así se les denomina al conjunto de los regidores en los municipios y a las sesiones que realizan), suelen siempre, dentro de las facultades que en ese sentido la Ley les atribuye, crear determinados impuestos o arbitrios municipales, con miras a aumentar las partidas que reciben del Gobierno.
¿Qué muchas autoridades municipales no invierten con Escrúpulo, con celo y eficiencia tales recursos? ¿Qué los distraen para otros fines no prioritarios? Esa es otra cosa. Pero lo cierto es que, ante tales irresponsabilidades de muchos de nuestros gobiernos municipales, el gobierno saca la cara, como lo ha venido haciendo en lo relativo ala reconstrucción y adecuación de las principales calles, aceras y contenes de las ciudades y pueblos del país.
Tales acciones del gobierno en verdad que merecen ser valoradas por la ciudadanía.
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